Mi mamá me compró a mi primera novia

  • hace 4 años
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¡Hola! Soy Eddie y tengo 17 años. Nunca tuve amigos, y, cuando finalmente tuve una, ella convirtió mi vida en un desastre total, a tal punto que ya ni siquiera hablo con mi madre.

Sucede lo siguiente: debido al trabajo de mi padre, nuestra familia ha tenido que mudarse mucho. Es por eso que fui educado en casa, pero mi madre me obligó a participar en diferentes deportes o hacer talleres con otros niños. Pero, a diferencia de mis padres, siempre odié conocer gente nueva. Solía pensar, ¿para qué hacer eso? Si en los próximos meses o un año, como máximo, nos mudaríamos de nuevo y tendría que conocer a alguien más. Entonces, una vez, mi madre me llevó a una clase de computación, y allí no tuve que relacionarme con nadie más que con una máquina, y eso me encantó, así que se convirtió en mi pasión. Gradualmente adquirí nuevas habilidades en gráficos por computadora y comencé a disfrutar dibujando mis propios cómics.

A menudo, mi mamá se enojaba porque "estaba sentado frente a la pantalla todo el tiempo" e inventaba diferentes cosas para evitar que lo hiciera. Por ejemplo, una vez invitó a casa a nuestros vecinos que tenían un hijo de mi edad, y me obligó a socializar con ese chico. Yo estaba sentado frente a la computadora, y él parecía aficionado a los deportes… bueno, en realidad, era lo único de lo que podía hablar. En algún momento comenzó a decir que los chicos de las computadoras eran nerds debiluchos, y yo le dije que los atletas eran estúpidos, así que comenzamos a discutir y me puse muy furioso hasta el punto que, cuando él salió de mi habitación, lo empujé tan fuerte como pude y rodó cabeza abajo por las escaleras. Es innecesario decir que, después de ese incidente, nuestros vecinos dejaron de saludarnos.

Cuando cumplí 15 años, mi padre cambió a otro puesto en su trabajo para que ya no tuviéramos que mudarnos todo el tiempo. Nos instalamos en un pueblo pequeño, y, por alguna extraña razón, mis padres decidieron que sería mejor para mí ir a la escuela como todos los demás. Todo era nuevo y extraño, y tan pronto como todos descubrieron que yo solía ser un nerd informático educado en el hogar, comenzaron a comportarse como si estuviera maldito. Algunos de ellos me jugaban malas bromas, como poner pegamento en mi cerradura o pintar mi silla para arruinar mis jeans.
Aparentemente, mi madre esperaba que, al haber comenzado la escuela, in

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