Adoptaré al hijo ilegítimo de mi papá || Las mejores historias reales animadas

  • hace 4 años
¡Nuevas historias animadas de 2019 que sucedieron de verdad!

Hola, amigos, me llamo Anthony. Tengo 17 años, y pronto seré padre. Creo que me irá bien, tengo un gran ejemplo del tipo de padre que no debería ser. Sí, hablo de mi propio papá.

No estoy diciendo que él sea un mal hombre. Es marinero, y solo nos vemos tres meses al año. Bueno, entiendo que gana dinero para que mamá y yo podamos vivir bien. Pero lo extraño, sabes. Cuando era pequeño envidiaba a los otros niños porque ellos estaban con sus papás. En cambio, yo pasaba la mayor parte de mi tiempo esperando a que regresara a casa y disfrutando del poco tiempo que teníamos juntos. Sin embargo, hace poco, mamá y yo descubrimos que no éramos los únicos esperando a que él regresara del mar.

La última vez que papá se fue, tenía un regreso programado para una fecha específica, y se suponía que vendría directamente a casa. Pero nos escribió diciendo que regresaría unos días después, y no explicó la razón. Fue raro. Antes de eso, siempre aparecía a tiempo, siempre moría por volver pronto a casa y vernos. Mamá y yo nos preocupamos: ser marinero es una profesión peligrosa, incluso en el siglo XXI. Podría haberlo atrapado una tormenta, o quizás había contraído malaria en un país del tercer mundo. Además, ¡aún hay algunos piratas rondando en el mundo actual! No lográbamos calmarnos, hasta que lo oímos llegando a casa. Miré por la ventana y vi a papá salir de un taxi. ¡Hurra! Corrí hacia él, pero, de pronto, un niño de unos cinco años salió del auto. Papá nos dijo que debíamos tener una charla seria.

Mamá y yo no entendíamos qué estaba sucediendo. Nos sentamos a la mesa y papá comenzó a hablar. Varios años atrás, cuando su barco se encontraba en un puerto en Filipinas, conoció a una mujer y tuvo un romance con ella. En el mar, los marineros suelen extrañar las relaciones humanas, sabes. Un día, recibió un mensaje de esa mujer diciendo que estaba embarazada. Papá no quería dejarla sola, se sentía responsable por el niño. Así que, desde entonces, su vida se había dividido en tres partes: el mar, su familia en EE. UU., y su otra familia en Filipinas. Pero ocurrió algo terrible. La mujer se enfermó y la llevaron al hospital. Lamentablemente, los doctores no pudieron ayudarla. Papá estuvo con ella hasta el último momento. Después tuvo lugar el funeral, y él debía pensar qué hacer. Si dejaba al niño allí, de seguro acabaría en un or

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