Soy una pianista prodigio y lo detesto

  • hace 5 años
★ Suscríbete a ASÍ ES LA VIDA: http://bit.ly/2rH5mEv

Ella es Julia. Es probable que muchos toquen un instrumento musical. Ella toca el piano y, para ser honestos, es bastante buena. Cada año mejora y mejora, y lo cierto es que eso la asusta un poco. Esta es la razón.

Julia comenzó a tomar lecciones de piano cuando tenía unos cinco años. Por supuesto, esa fue idea de sus padres, a esa edad ella no sabía mucho de música, pero siempre ha sido muy activa y curiosa. La mayoría de sus actividades no le duraban mucho porque perdía el interés rápido, así que creyó que el asunto del piano sería cosa de solo una o dos semanas.

Obviamente, ese no fue el caso. Cuando su mamá era joven, también estudiaba piano, y de hecho se había vuelto muy buena. Incluso había planeado ir a Europa e intentar ingresar a algún conservatorio importante en Viena, en donde se convertiría en la mejor, ¡quizá del mundo! Pero luego conoció al padre de Julia, fue a la misma universidad de derecho que él, y Julia nació un par de años después.

Probablemente esa era la razón por la que insistía en que Julia siguiera tocando, por más que ella se había hartado después de un par de meses.

Lo cierto era que Julia… no lo disfrutaba mucho. El otro problema era que su primera profesora de piano era terrible. Era muy vieja y parecía tocar desde el día en que habían inventado el instrumento. También era bastante malvada, creía que gritar después de un error era una buena manera de lograr que sus estudiantes amaran sus clases.

Julia se quejó con su mamá, pero ella le dijo que su profesora la había tratado aún peor, ¡y que esa era la única manera de dominar el piano! No le creyó en ese entonces, y aún no le cree. Cuando Julia llegó a los once, se cambió a otra profesora mucho más agradable. Pero era demasiado tarde: ya odiaba las clases.
Lo más peculiar es que, por más que SE OBLIGABA a sí misma a sentarse y practicar, mejoró mucho. No quiere sonar presumida, pero las personas que la oían tocar decían que su nivel era asombroso para su edad y que tenía talento. Quizás era por eso que no debía practicar tanto como otros niños.

A lo largo de los años, Julia participó en muchas competencias de piano. No ganó todas, claro está, pero le fue bastante bien. Su mamá instaló un estante enorme en la sala para colocar todos los premios que su hija iba obteniendo. Julia ha ganado unos cuantos, pero aún está medio vacío. Y a su mamá le encanta decir que el espacio está para que Julia lo llene. Deberías ver su cara cuando su hija toca en un escenario. Está más entusiasmada que ninguna otra persona, lo que resulta bastante incómodo.

Su madre lo tiene todo planeado: cuando Julia termine la escuela, irá a un conservatorio en Europa, tal como debió haber hecho ella. Al menos esa es la conversación que tienen de vez en cuando, y su mamá parece un 100 % convencida de que así será.

Por supuesto, Julia ha intentado dec

Recomendada