Mi primer novio se Aprovechó de mí

  • hace 5 años
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Helena estaba en la secundaria, cuando descubrió que cada vez más y más de sus amigas conseguían novios; algunos de su edad, otros mayores. Lo cierto era que ella las envidiaba: no era la más bonita, pero se sentía lista para su primera historia romántica. Era la única soltera del grupo de amistades y, de más está decirlo, le incomodaba mucho salir con ellos y que llevaran a sus citas.

Pero, un día, sus plegarias fueron oídas. Había ido sola al centro comercial y, mientras paseaba, un sujeto se le acercó y le pidió el teléfono. Conversaron un buen rato. A Helena le parecía muy atractivo y una persona bastante interesante. Cuando regresó a casa, él le envió un mensaje. Hablaron y hablaron casi toda la noche. Para cuando Helena llegó a la escuela a las 9 de la mañana, estaba completamente enamorada. Quedaron en encontrarse después de clases para tomar un café. Al verlo de nuevo, Helena sintió que su corazón latía más rápido y que le costaba respirar. El nombre de su amor era Juan, y tenía 19. Era muy emocionante que fuera bastante mayor que ella y le prestara atención. Mientras tomaban café, ella no podía quitarle los ojos de encima. Juan parecía tan interesado en su vida, le hacía muchas preguntas. En un momento, le tomó la mano, y Helena sintió una descarga eléctrica en los dedos. Al final de su cita, le dio un pequeño beso. ¡Helena era la chica más feliz del universo! Se tomó una selfie con él para tener una prueba material de que no era un sueño.

Al día siguiente, no pudo guardarse el secreto. Fue a la escuela, les contó todo a sus amigas y les mostró la foto. Ellas sonrieron con algo de incredulidad y le preguntaron si no le parecía un poco mayor para ella. Helena rio: esa envidia femenina le parecía patética. Mientras tanto, Juan no paraba de escribirle. Ella estaba en clase, y no siempre podía responderle al instante. Él se molestaba si ella tardaba. "Oh, ¡qué tierno!", pensó, "¡Le importo!". Cuando llegó a casa, le presumió a su mamá que tenía novio, y le contó sobre él. Ella frunció el ceño, miró la selfie y lo frunció aún más. "No lo apruebo", dijo, "Es demasiado mayor para ti, te meterás en problemas". Helena la ignoró, y su mamá no insistió más; siempre le había dado bastante libertad.

Y así, la historia de amor de Helena comenzó sin demasiada aprobación. Eso no le importaba, siempre que su nuevo novio estuviera interesado en ella. Él siempre le escribía y se veían a diario. Pero Juan siempre se negaba a conocer a las amigas de Helena, y no quería que ella conociera a los suyos. Ella lo aceptó, porque creyó que mantener una relación como un secreto a medias era muy romántico. A veces Juan se ponía un poco exigente con ella. Además de molestarse si no le respondía a tiempo, siempre se encontraban cuando él quería, por más que no fuera un buen momento para Helena. Eran cosas que ocurrían

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