Tras una pausa de cinco meses, el Voyager 1 ha vuelto a comunicarse con los ingenieros de la NASA.
La nave, que ya tiene 46 años y se encuentra a unos 24.000 millones de kilómetros de distancia, sufrió un problema de comunicación en 2023.
A pesar de seguir emitiendo una señal de radio constante, los datos que transportaba seguían siendo inaccesibles debido a un fallo en su sistema de datos de vuelo.
Tras un largo proceso de resolución de problemas, el equipo de la misión de la NASA identificó un chip de memoria defectuoso como la causa del problema.
Ante la imposibilidad de reparar el chip, los ingenieros idearon una solución creativa: redistribuir el código afectado por distintos segmentos de su memoria.
El 20 de abril se confirmó el avance, ya que la sonda transmitió a la Tierra datos de ingeniería coherentes.
Este avance marca un hito importante para el Voyager 1, que ha superado su vida útil inicial de cinco años.