Investigadores de Hangzhou (China) descubrieron que el consumo de patatas fritas estaba relacionado con un mayor riesgo de ansiedad y depresión. Quienes consumen con frecuencia alimentos fritos tienen un 12% más de riesgo de ansiedad y un 7% más de riesgo de depresión que quienes no lo hacen. Sin embargo, no está claro si son los alimentos fritos los que provocan los problemas mentales o si son los problemas mentales los que llevan a las personas a consumir alimentos fritos. En 2020 se registró un aumento de la depresión y la ansiedad del 27,6% y el 25,6%, respectivamente. La Organización Mundial de la Salud calcula que el 5% de los adultos sufren depresión en todo el mundo.