Aunque los hipocondríacos están hiperconscientes de su salud en todo momento, los estudios han descubierto que, en realidad, viven menos.
Las investigaciones sobre la salud de los hipocondríacos, o Trastorno de Ansiedad por Enfermedad (TEA), han descubierto que su esperanza de vida es, de media, cinco años más corta.
El estudio demostró que el riesgo de mortalidad aumenta tanto de forma natural como no natural entre los hipocondríacos.
La principal causa de muerte no natural entre los participantes en el IAD fue el suicidio, lo que tiene varias explicaciones.
Dado que la hipocondría es un trastorno psiquiátrico, quienes la padecen son más propensos a sufrir varios otros trastornos, lo que afectaría significativamente a las tasas de suicidio.
Los hipocondríacos también tienden a sentirse estigmatizados y rechazados, lo que aumenta el riesgo de desarrollar depresión o ansiedad.
En cuanto a la mortalidad natural, los pacientes con TEA tienden a padecer el trastorno a causa de un familiar con una enfermedad grave.
Irónicamente, dado que muchas enfermedades son genéticas, las personas con TEA tienen más probabilidades de padecer una enfermedad subyacente.