El agua de limón es una bebida muy saludable que puede ayudarte a controlar el apetito y prevenir la fatiga.
Los limones contienen pectina, una fibra soluble que ayuda a mantener estable el nivel de azúcar en sangre y evita los picos de hambre.
Si aún tienes hambre después de comer, puedes probar a beber una taza de agua tibia con el jugo de medio limón.
Estudios han indicado que consumir el jugo de dos limones al día puede reducir el riesgo de cálculos renales.
Además, las vitaminas del grupo B presentes en el zumo de limón contribuyen a generar energía y prevenir la fatiga.
Los limones también son ricos en vitamina C, protegiendo así las células contra el estrés.