Mi papá fue a Las Vegas y regresó casado

  • hace 5 años
¡Hola! Me llamo Mark. Todos sabemos que el alcohol puede dañar el cuerpo y la mente. Pero pocos saben que varias copas de más pueden conducir a… una nueva esposa.

De eso trata mi historia. Por supuesto, yo no soy el protagonista, solo tengo 17 años. El protagonista es mi papá. Verás… Oh, esta será una historia muy triste.

Yo solía tener una familia feliz: mi papá, mi mamá, mi hermana menor Jenny y yo. Jenny sigue siendo una niña, apenas tiene 6 años. Pero cuando estaba aprendiendo a caminar, nuestra madre murió. Fue porque… se enfermó muy seriamente después de dar a luz, y nunca se recuperó. No quiero entrar en más detalles, si no les importa.

Mi papá quedó… vacío. Amaba mucho a mamá, y ahora tenía que aprender a vivir sin ella. De hecho, todos nosotros tendríamos que aprender.

Pasaron cinco años y la vida siguió. Junto a mi papá, criamos a nuestra pequeña princesa Jenny. Las cosas iban mejor.

Papá había decidido que no buscaría una nueva esposa. En lugar de eso, dedicaría su vida a sus hijos y su trabajo, quería una vida decente para Jenny y para mí.

Yo tenía mis dudas al respecto, pero con cada año, las probabilidades de papá de conocer a una buena mujer se desvanecían. Bueno, verás, papá nunca fue un hombre atractivo. A medida que envejeció, se notó más y más que era bajito, ancho y que estaba perdiendo el cabello.

Papá llevaba una vida muy rutinaria, de casa al trabajo, del trabajo a casa, con algunas visitas ocasionales al centro comercial. No había demasiada acción, ¿cierto? Y así hubiera continuado, de no ser por el aniversario de la empresa donde trabajaba. Los dueños decidieron celebrar a lo grande, con una fiesta en Las Vegas. Un hotel lujoso con shows llamativos y emocionantes, un casino, máquinas tragamonedas, bares ruidosos… Supongo que ya entiendes de qué hablo. A decir verdad, a mí me cuesta imaginarlo porque soy menor de edad, pero suena increíble.

Al parecer, a mi papá le hubiera gustado evitar todas esas fiestas. Pero como no era la única persona de la empresa, sus jefes y las personas por debajo de él lo habrían mirado con sospechas. Tenía que ir. Yo no me opuse para nada a que se relajara un poco, me ofrecí a cuidar a Jenny por el fin de semana. No me esperaba nada fuera de lo normal, así que no estaba preparado para ninguna sorpresa el lunes.

El nombre de la sorpresa era Lola. Se trató de una nueva madrastra para Jenny y yo. Sip, me oíste bien. La nueva esposa de mi humilde y tranquilo papá. ¿Te parece una locura? Créeme, yo sentí lo mismo esa mañana de lunes, cuando me desperté en el sofá de la sala de estar y me encontré con esa terrible… eh, quiero decir, esa aguda voz. Abrí los ojos y… ¿Qué estaba viendo?

Lola se veía… ¡llamativa! Tan llamativa que, al principio, ni siquiera noté que mi papá estaba en el mismo cuarto. Parecía más alta que él. Tendría unos cuarenta años, pero obviamente se esforzaba por verse más