Carcassonne: medievalismo idealizado
  • hace 2 años
Pero sin duda la campeona de las villas amuralladas, la que se auto–otorga sin complejos el título de ciudad medieval más hermosa del mundo es Carcasona. Dicen que Eugène Viollet-le-Duc se pasó de frenada restaurándola como si fuera un castillo de princesa de cuento, de esas que piden ayuda al príncipe Azul desde un torreón aislado. Qué importa, cuando el arquitecto se puso a recomponerla en el siglo xix estaba en ruinas y el gobierno francés tenía más en mente dinamitarla para construir una nueva villa que repararla. Por suerte no fue así, y hoy se supera el doble anillo de muros para ir por callejuelas empedradas que van dejando frente a las 53 torres que componen el conjunto, con barbacanas, puentes levadizos, puertas de rastrillo, polvorines, patios de armas… Todo ello colonizado por un sinfín de comercios, restaurantes y hoteles que se aprovechan de la magnética atracción de la arquitectura idealizada.