El Supremo se pone más navideño que nunca y obliga a una empresa a repartir la cesta de Navidad que hace años reemplazó por un cóctel. La sentencia es muy clara, después de diez años repartiendo esta cesta entre los trabajadores, la compañía no la puede suprimir de forma unilateral ni sustituirla por otra cosa. Contenga lo que contenga, es una condición beneficiosa para el trabajador, dice la sentencia. Una tradición española que muchas empresas suprimieron en épocas de vacas flacas. La sentencia del Supremo da esperanza a muchos trabajadores para recuperar lo que la crisis se llevó.  
-Redacción-