Tres semanas después, los investigadores del MH17 de Malaysia Arlines volvieron al este de Ucrania, al lugar donde el aparato colisionó el pasado junio. Esta vez esperan localizar los restos mortales de las dos últimas víctimas de las 298 del vuelo, que cubría el trayecto entre Ámsterdam y Kuala Lumpur y que cayó en la región de Donbás.

Para ello, expertos malayos y holandeses centran sus pesquisas en dos zonas (calientes) hasta ahora no inspeccionadas debido a los enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y rebeldes prorrusos.

Las investigaciones podrían durar de dos a tres semanas y los restos humanos que se encuentren serán transportados a Holanda, donde serán analizados para intentar esclarecer el motivo del choque.

Los países de Occidente y la Fiscalía holandesa coinciden en que el escenario más probable es que los rebeldes derribaron el avión accidentalmente.