Al Kremlin se le atragantan los Big Mac
  • hace 10 años
Los cuatro restaurantes McDonald’s que tiene Moscú han sido cerrados temporalmente por, según dice el Gobierno, el incumplimiento de la normativa sanitaria de la cadena estadounidense. Además otros establecimientos de 16 regiones están siendo inspeccionados.

El repentino celo de sanidad llega en un momento en el que las relaciones entre EEUU y Rusia son cada vez más frías y la decisión es vista por los analistas como otra represalia más a las sanciones occidentales por la crisis en Ucrania.

“La teoría de que hay motivos políticos detrás de esta decisión se tiene que descartar inmediatamente porque por lo que sé todo el ciclo de producción se encuentra aquí y solo la marca es estadounidense”, decía un vecino de Moscú.

“Nos atacan de vez en cuando con sanciones. ¿Por qué no podemos nosotros devolvérsela? Además, McDonald’s es uno de los mayores símbolos occidentales. Creo que es un buen paso para mostrar que nosotros también podemos morder”, añadía otro.

La compañía de Illinois está estudiando el documento para analizar qué estrategia seguir para hacer frente al ataque y volver a abrir los restaurantes cuanto antes.

Con frecuencia se acusa a los servicios sanitarios rusos de tomar decisiones dictadas por el ministerio de Asuntos Exteriores y sin ningún fundamento real. Un arma que Moscú ha utilizado hace poco con el embargo de productos agrícolas y alimentarios provenientes de los países que le impusieron sanciones.

El primer McDonalds del país se inauguró en la plaza Pushkin de Moscú en 1990, y fue visto como una señal de que, bajo el líder soviético reformista Mijail Gorbachov, las tensiones de la Guerra Fría con Estados Unidos estaban empezando a descongelarse. Desde entonces, el primer McDonald’s es uno de los más visitados del mundo y Rusia ha alcanzado la séptima posición en la clasificación de consumidores de la multinacional estadounidense. Un jugoso mercado que el símbolo del “american way of life” no puede dejar escapar.
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