Laurin Naemi, de 20 años, decidió echar una mano a su tía Lillian, que se había cansado de intentar que su hijo adolescente, Antonio, dejara de jugar a la Xbox y se centrara en sus obligaciones escolares para sacar mejores notas.

Durante una reunión familiar en su casa en Farmington, Laurin irrumpió en la habitación de Antonio mientras jugaba a la consola, le arrebató la Xbox y procedió a tirarla al suelo.

Después, Laurin sacó un martillo y comenzó a golpear en la consola dañada para desesperación de Antonio.

Laurin dijo: "Antonio estaba muy enfadado porque le rompí la Xbox”. "Mi familia reaccionó riéndose y sorprendiéndose de que lo hubiera hecho."