Estados Unidos debe renunciar a la caceria de brujas contra Wikileaks Julian Assange
  • el mes pasado
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, hizo una aparición pública desde la embajada de Ecuador en Londres y exigió al gobierno de Estados Unidos que detenga la persecución contra ese sitio web y sus colaboradores.

Además, exigió la libertad del soldado estadounidense Bradley Manning, detenido en un complejo de Virginia por dar información a Wikileaks.

En un breve mensaje, desde uno de los balcones de la embajada ecuatoriana, Assange agradeció al presidente Rafael Correa por el asilo político que le concedió ese país latinoamericano.

También agradeció a los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú, El Salvador por "salir en mi defensa", y agradeció al pueblo de Gran Bretaña y de Australia por "la fortaleza que me dieron".

La prensa local reporta que Assange denunció a la Policía británica por intentar entrar, el pasado Miércoles, en la embajada de Ecuador en Londres. Asegura que desistió ante la presencia de sus seguidores y de la prensa.

Desde el balcón de la embajada ecuatoriana, Julian Assange también agradeció a los medios de comunicación por haber sido "los ojos del mundo".

Las declaraciones de Assange se produjeron poco después de que su abogado, el ex juez español Baltasar Garzón, afirmó que su cliente ha solicitado garantías mínimas para contestar a las autoridades suecas por los delitos sexuales de los que se le acusa en ese país.

Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres el pasado 19 de junio, y el pasado jueves obtuvo de ese país el estatus de asilado.

El caso Assange comenzó en diciembre de 2010, cuando fue detenido en Londres por orden de la fiscalía sueca por presuntas agresiones sexuales, y desde entonces tres tribunales británicos, el último de ellos el Supremo el 14 de junio pasado, dictaminaron a favor de su entrega al país escandinavo.

Su defensa ha tratado por todos los medios de evitar la entrega a Suecia alegando que desde allí podría ser extraditado a Estados Unidos, el país más afectado por las filtraciones de WikiLeaks y donde corre el riesgo de ser condenado a pena de muerte.
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