Un diácono exiliado de Nicaragua «El pueblo es una iglesia viva y ese es el dolor del Gobierno»
  • hace 2 años
Marcos Herrera es nicaragüense, diácono, marido y padre de tres hijos. Hasta hace cuatro meses vivía en su casa, en su Nicaragua natal, donde además de farmacéutico era diácono de la diócesis de Estelí, donde el obispo es Rolando Álvarez, conocido por su oposición al régimen de Ortega, lo que le ha valido haber pasado más de una decena de días en arresto domiciliario y estar ahora encarcelado.
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