El gobierno de Ecuador decidió construir una planta capaz de transformar los desechos plásticos en combustible. Actualmente existen dos de su tipo, una en México y otra que se está construyendo en Estados Unidos, pero esta convierte a Ecuador en el primer país en América del Sur que contaría con esta innovación tecnológica. El proceso para lograr esto es conocido como pirólisis, el cual implica el ingreso del plástico a un reactor, donde es sometido a temperaturas de alrededor de 800 grados centígrados. Después se produce la condensación y mediante controles de temperaturas y gases se destila el combustible. A través de este mecanismo se obtiene parafina, kerosene, gasolina y diésel, y es un proceso que no genera gases de efecto invernadero o contaminación ambiental