Hallan a 1.000 metros de profundidad el cuerpo sin vida de Olivia, una de las dos niñas secuestradas por su padre

  • hace 3 años
Punto, aún sin final, a una historia que ha destapado macabra a más no poder.

Casi mes y medio después de la desaparición en Tenerife de las niñas Anna y Olivia, secuestradas por su padre, Tomás Gimeno, se acaba de desvanecer el débil hilo de esperanza que tenía su madre, Beatriz, de que ambas estuviesen vivas.

A última hora del 10 de junio de 2021 se informaba de que el buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño', que estaba haciendo labores de rastreo en la zona en la que podían estar los cuerpos de las menores, había encontrado dos bultos que contenían lo que nadie hubiese querido ver.

Se trataba de dos bolsas de deporte sumergidas a más de mil metros y en una de ellas estaba el cuerpo de la niña mayor, Olivia, de 6 años.

Curiosamente, esta embarcación tenía como fecha límite para seguir en la búsqueda de pistas que ayudasen a la investigación el lunes 7 de junio de 2021.

Sin embargo, al hallar ese mismo día un edredón y una bombona de oxígeno, enseres que pertenecían al padre de las menores, se optó por prorrogar su estancia en la zona en la que se presumía que podía darse con nuevas pistas que ayudasen a la localización.

Desgraciadamente, tres días después, un infausto 10 de junio de 2021 se hallaba el cuerpo de Olivia y ahora se intensifican las labores para poder localizar a la otra pequeña, a Anna, a la que, presumiblemente, también piensan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que Tomás Gimeno haya asesinado.

¿LAS MATÓ LA MISMA NOCHE DE LA DESAPARICIÓN?

Quedan abiertos muchos interrogantes por resolver en este suceso.

Para empezar si su padre mató a Anna y Olivia la misma noche de la desaparición, es decir el 27 de abril de 2021.

Lo único claro es que nadie en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife le vio en compañía de las menores, pero sí que las cámaras de seguridad le grabaron con seis bultos que traía en su propio vehículo.

Tuvo que hacer tres viajes para poder llevar esos bultos hasta la lancha aunque, curiosamente, posteriormente miembros de una patrulla del Servicio Marítimo de la instalación portuaria aseguran que en esa embarcación no había nada.

Esos vigilantes pararon a Gimeno en la bocana del puerto porque había excedido la hora del toque de queda y sospechaban que podía dedicarse al narcotráfico. Al revisar la lancha no hallaron nada.

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