Love of Lesbian, 5.000 personas sin distancia de seguridad

  • hace 3 años
Barcelona, 28 mar (EFE).- El concierto en el Palau de Sant Jordi de la banda Love of Lesbian, que ha deleitado a 5.000 seguidores que han vuelto a bailar y corear sus temas tras la mascarilla, se ha convertido en la esperanza de los promotores y el público para que los grandes eventos vuelvan a ser una realidad desde este verano.
El primer concierto masivo de la pandemia, con la luz verde del PROCICAT y un equipo médico supervisando el operativo, se ha podido celebrar sin incidencias significativas y después de someter a todos los asistentes a un test de antígenos.
Así, los músicos, la organización, el público y demás personal han convertido el Sant Jordi en una súper burbuja de 5.000 personas, que han podido cantar y bailar sin distancia de seguridad.
"Bienvenidos al que es uno de los conciertos más emocionantes de nuestra vida. Hacía un año y medio que no pisábamos un escenario", ha arrancado el solista Santi Balmes, quien ha rogado responsabilidad al público para que no se quitase la mascarilla: "El mundo nos mira" y "este concierto es una pequeña batalla dentro de la guerra".
"Quiero dedicar este concierto, aunque parezca un tópico, a los sanitarios y al resto del personal esencial. Y que nunca más se nos ocurra hacer más recortes en salud, por favor", ha añadido reivindicativo.
La veterana banda barcelonesa ha arrancado la velada con un tema clásico de su repertorio: "Nadie por las calles", canción que como "Si salimos de ésta", "Los males pasajeros" o "Allí donde solíamos gritar" fueron escritas mucho antes de la COVID, pero cuyas letras ahora parecen tener aún más significado para los fans.
Sobre las 17.15 horas han podido entrar los primeros asistentes, que no han podido ni si quiera esperar a que saliera el grupo para bailar con la música de espera, pues esta noche los protagonistas no eran tanto los artistas sino la posibilidad misma de poder volver a bailar, cantar, abrazarse e incluso rozarse accidentalmente con el resto de la gente como pasaba en la vieja normalidad.
En la entrada, que se ha realizado de manera gradual y a través de cuatro puntos de acceso, se ha entregado al público una mascarilla FPP2 de la organización, que debía sustituir la traída de la calle, y también se ha hecho pasar a los asistentes por un punto de gel hidroalcóholico.
La mayoría de los 5.000 asistentes se han realizado entre las 8 y las 16 horas de este mismo sábado un test de antígenos en las tres salas dispuestas para ello (Luz de Gas, Razzmatazz y la Sala Apolo), mientras que los más rezagados han podido hacerlo en el propio Sant Jordi hasta minutos antes de empezar.
De todas las pruebas realizadas, seis han resultado positivas por coronavirus, según la organización.
Todo el control de entrada y de pruebas negativas se ha canalizado a través de una aplicación móvil, casi más importante esta vez que la propia entrada del concierto.
Todo ello ha repercutido en que el concierto empezara treinta minutos tarde, un margen aceptable, según la organi

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