Más allá de los logros deportivos como DT, hablar de la trayectoria del entrenador del América, Miguel Herrera, implica recordar declaraciones polémicas, explosividad en la banca en festejos, lamentos y reclamos a los árbitros; detrás de esa personalidad del Piojo hay una historia llena de excentricidades, las cuales quedaron marcadas al dirigir al Monterrey del 2004 al 2007.

Y es que en su paso por Rayados, Herrera demostró ese carácter que lo definía también como jugador, si bien primero dirigió al Atlante del Invierno 2001 al Apertura 2004, pero fue en la Pandilla donde los directivos le hicieron ver que tenía que controlarse, al grado de contratar a una especialista para que diera sesión a todo el plantel, pero con terapia individual para el Piojo; sin embargo, no funcionó del todo, según señala el expresidente de Rayados, Jorge Urdiales, en entrevista a Mediotiempo.