La paz germina en Mindanao entre cicatrices de guerras sectarias

  • hace 4 años
Zamboanga (Filipinas), 15 may (EFE/EPA).- Rashid Ganih, un filipino de 51 años, se levanta cada día al amanecer, se monta en el bote amarrado en la puerta de su casa y sale a pescar o cultivar algas entre los manglares de Simariki, hogar durante cuatro siglos de la tribu musulmana sama-bangingi en el sur de Filipinas.
Imagen: Rolex dela Pena
Edición y locución: Concepción Domínguez.

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