Un estudio demuestra que tocarse la cara es un impulso, pero peligroso durante la contingencia

  • hace 4 años
Además de mantener la sana distancia y lavarse las manos constantemente, no tocarse el rostro es una de las estrategias contra la COVID-19 más eficientes, pero difícil de llevar a cabo. Para cumplir con esta medida, más que disciplina es necesario ser conscientes de esta tendencia para poder minimizarla ante una situación de emergencia, afirmó Hugo Sánchez, investigador de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

“Al hacerlo podremos controlar este impulso, pues estaremos preparados para seleccionar cuáles conductas deben prevalecer y cuáles no”, sugirió el especialista.

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