Googleé a mis padres biológicos para descubrir quiénes son. Gran error

  • hace 4 años
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Hola a todos, mi nombre es Daniel y tengo 16 años. Hace poco intenté encontrar a mis verdaderos padres, pero terminé casi yendo a la cárcel. Fui salvado por un milagro, y me gustaría contarte lo que pasó.

Comenzaré desde el principio. Hace un par de años descubrí que fui adoptado. Fue por accidente, en realidad. Mi padre tenía problemas de salud y necesitaba un trasplante. Por supuesto, me ofrecí para ayudar. Pero me rechazaron. No porque era demasiado joven, sino porque no era pariente de mi padre. Fue entonces cuando mis padres me dijeron que fui adoptado. Fue un gran golpe para mí, pero no tuvimos tiempo de pelear por eso. Mi padre necesitaba ayuda, y toda nuestra atención se dirigió a resolver el problema. Cuando mi padre se recuperó y el polvo se asentó, intenté iniciar una conversación sobre mi adopción muchas veces, pero mis padres decían que no importaba, que me amaban y que mi pasado no significaba nada. Luego me enojé por el hecho de que me hubieran ocultado esa información, y nuestra relación empeoró debido a nuestras constantes disputas. Además, la enfermedad de papá se había llevado todo el dinero y la energía de nuestra familia, y fue un momento muy difícil para nosotros. La vida era dura, y mi única felicidad era mi mejor amigo, Nate. Él era la única persona que era honesta conmigo, y siempre podía contar con su ayuda.

¡Oh, tuvimos muchas aventuras juntos! Nate siempre supo divertirse y era un buscador de emociones. También tenía problemas con sus padres, por lo que nos gustaba salir y pasar el rato juntos. Y a Nate siempre se le ocurrían algunas ideas geniales. Por ejemplo, una vez me mostró cómo podíamos entrar a un estadio y ver un partido de béisbol gratis. Por supuesto, luego tuvimos que huir de los guardias, pero fue divertido. Siempre dejamos a esos sujetos atrás y nos reímos de ellos. Pero una vez, nuestra broma terminó mal. Siempre pasábamos junto a un cartel en nuestro camino a casa desde la escuela. En él había una foto de un hombre con una gran sonrisa invitándonos a ver a un dentista. Ese anuncio era muy molesto y lo veíamos siempre. Un día, Nate pensó que sería una buena idea ajustar unos detalles de la imagen. Así que tomamos latas de pintura en aerosol y comenzamos a agregarle pequeñas cosas. El trabajo estaba hecho y resultó bastante lindo. Pero parece que a alguien no le gustó lo que estábamos haciendo y llam

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