Fanático de Umbro. Esa sí que no la sabíamos: "Agradeciéndole a la gente de Puma soy fanático de Umbro", dice convencido el Ruso Verea. Juan Castro está mano a mano con el invitado y arranca el diálogo diciéndole que lo supo ver muchas veces en Avellaneda usando camisetas de clubes ingleses: "Las camisetas de los equipos ingleses es una vieja enfermedad", confiesa el Ruso. Todo nació cuando vio a Escocia en cancha de Boca en 1977. La indumentaria lo flasheó y comenzó el amor. "Las camisetas escocesas de Umbro son inigualables".\n\nSe mueven un poco en el mapa y pasan a hablar del fútbol inglés. Cuenta el Ruso Verea que cuando llegó a América, Matías Patanián, actual vicepresidente de River, estaba como productor de El Pelotazo, programa que hacían con Rolando Hanglin, César Luis Menotti y Diego Bonadeo. El Ruso lo encaró y le recomendó que hable con Eduardo Eurnekian para que compraran los derechos de televisación de la Premier League por treinta años asegurándole que era "el" negocio a futuro.\n\nDice Norberto Verea que él consideraba al fútbol inglés como a la música inglesa. El músico inglés sueña con traspasar fronteras, pero primero quiere triunfar en su tierra. Lo mismo hicieron con su liga de fútbol. Mejoraron las canchas, incorporaron extranjeros en los clubes, pusieron mucha emoción dentro del campo de juego y se consideraron listos para invadir el mundo.\n\nLa única crítica que hace el Ruso Verea sobre la Premier League es que dejaron a los pobres afuera. El pobre inglés no tiene plata para ir a la cancha porque las entradas son muy caras. Los pobres compran cerveza barata y ve los partidos en lo pubs. No está bueno que discriminen así.\n\nDiego Ripoll quiere saber cuánto tiene que ver que los pobres hayan quedado afuera de la cancha con que no haya violencia. El barra argentino vive de hincha y vive en el lugar que alguna vez explicó Rafa Di Zeo: "No soy poderoso, tengo la tarjeta de los poderosos". Los barras argentinos matan gente. En Inglaterra son gordos desdentados y limitados que viven por y para la idea del hincha, del club, de la pasión. Cuando se los metió en política el Estado lo desbarató. Después hicieron algo muy inglés, dejaron a los hooligans viajar por toda Europa acompañando a su selección, que hicieran quilombo en otro lado y para que terminaran presos en cárceles de otro país.