Otazu, el general que aspira al Congreso para intentar "calmar" la política

  • hace 5 años
Melilla, 22 abr (EFE). (Imágenes: Jesús Blanco Avellaneda).- En unas elecciones marcadas por el salto de las Fuerzas Armadas a la política, con cerca de una decena de candidatos procedentes de la milicia, la circunscripción de Melilla destaca por sumar un mayor número al llevar en las listas a un general de División y un coronel que están en la reserva, además de un suboficial retirado.
Entre los tres destaca quien fuera la máxima autoridad militar de Melilla entre 2014 y 2018, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu (Bilbao, 1957), quien, tras llevar apenas un año en la reserva, regresa a una ciudad donde ya había estado destinado como coronel de 2008 a 2010, y de la que se despidió expresando públicamente su amor por ella como pregonero de la Semana Santa melillense del año pasado.
Ahora vuelve convertido en político, una vocación "incipiente y tardía", como él mismo define en una entrevista concedida a Efe, ya que se presenta a estas elecciones como cabeza de lista al Congreso de los Diputados por el PP, optando al único escaño que Melilla tiene en esta Cámara.
El fichaje de Díaz de Otazu como candidato del PP ha sido una de las sorpresas de estas elecciones en Melilla, en cuya campaña se está caracterizando por lanzar un mensaje constructivo y pacífico en cada una de sus intervenciones, muy alejadas de la batalla política habitual.
"A lo mejor no es políticamente correcto, porque parece ser que en nuestro entorno no se entiende otra forma de hacer política más que la agresiva y la buscona de las vulnerabilidades personales, pero eso me parece bestial", admite el general, convencido de que el respeto a las personas es primordial, "aunque no se compartan sus planteamientos".
Por ello, defiende que el debate debe basarse en argumentos y no sobre las personas, como se enseña a los niños en la cultura anglosajona, y nunca hay que perder de vista que "si el otro ofrece una cosa absolutamente distinta" a la que uno plantea, "será por algo".
Lo dice desde la experiencia de haber participado como militar en varias misiones internacionales, una en los Balcanes, donde pudo comprobar que una confrontación civil no es algo que ocurra "de una manera milagrosa", sino que "se produce de una manera degenerativa con muchísima sencillez", como él mismo pudo ver antes de que estallara la guerra y todo lo que sucedió después.
"No hay por qué pensar que los conflictos internos en una sociedad civil necesitan la convocatoria de seres extraterrestres que vienen a ponernos a unos contra otros. Se desarrollan sobre la base de violencia verbal de la descalificación de aquellos que no piensan como tú, y eso va rodando hasta que al final se convierte en un conflicto", explica.
Esa es la razón por la que sostiene que "la violencia verbal, el insulto gratuito y la descalificación del que no piensa como yo es, a priori, un cáncer en el que no hay que colaborar", evitando así, como ocurre en esta terrible enfermedad, que las pequeñas células por las que empieza se extiendan

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