Acompañamos a los servicios médicos de Mosul
  • hace 5 años
La jornada amanece tranquila en el puesto de ambulancias. Hasta que empiezan a llegar los heridos. Su situación es muy crítica. Les acompañamos. La metralla de un mortero del Estado Islámico le alcanzó. Halmad intenta estabilizarlo. Nos detenemos en el puesto de control de Khazir: hay que conseguir los permisos. Mientras en la ambulancia, no se rinden. Veinte minutos de espera y arrancamos de nuevo. Finalmente Halmad logra estabilizarlo: "Sí sí, esta ok". Llegamos a Erbil. En el hospital de emergencias casi todos proceden de Mosul. Y casi todos son mujeres y niños. Como Nura de 6 años, que sonríe y nos tira besos. "Hace tres meses cayo un mortero, tiene el pie infectado y no puede moverlo", nos cuenta su madre. En otra sala Mumoud, de 12 años, ya no sonríe: ha perdido la pierna y cree que no podrá volver a jugar al futbol. "¿Cómo no voy a estar triste?", se lamenta. "No tengo como conseguir una prótesis, ayudadme", nos implora. Es el drama de esta guerra que ya ha dejado más de 20.000 civiles muertos y 50.000 heridos en el camino.
-Redacción-
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