Cuando a los 4 años su hijo le dijo que en realidad era una niña, María no reaccionó bien. Y reconoce que cometió el mismo error que ahora ve en el autobús. Ahora, asumido y normalizado, sólo pide que su hija pueda vivir como una niña más. El hijo de Encarnación le contó que se sentía hombre hace tan sólo cuatro meses. Tenía ya 14 años. Su hijo ha vivido con enfado que el autobús haya recorrido libremente las calles. No quieren vivir en las sombras y esperan que la sociedad afronte de cara, como ellos, una realidad que ya no les da miedo.
-Redacción-