Ignacio González declara ante el juez Eloy Velasco

Ignacio González ha abandonado las dependencias de la Guardia Civil tras dos noches, unas 34 horas, en el calabozo. Ha sido conducido hasta la Audiencia Nacional para responder a las preguntas del juez Eloy Velasco, que investiga si se apropió de dinero del Canal de Isabel II y si cobró comisiones a cambio de adjudicaciones. Lo sospecha la Fiscalía, que pedirá para él prisión incondicional, a no ser que confiese. Tampoco tienen dudas los agentes de la UCO que además creen que González fue alertado de que tenía el teléfono pinchado y de su posible detención, lo que le habría permitido desprenderse de cierta documentación. Los agentes investigan el origen del chivatazo. El digital El Español apunta a una conversación telefónica entre González y Eduardo Zaplana, grabada por la Guardia Civil. En ella, González le comenta a Zaplana que en un encuentro con el presidente de La Razón, Mauricio Casals, le había contado que este otro hombre, Edmundo Rodríguez, el presunto segundo en la trama, también detenido, temía que sus conversaciones estaban siendo grabadas. Se lo había dicho, supuestamente, 'una amiga de la casa que es magistrada'. La Guardia Civil sospecha que esto puso en alerta a González: se mostró más prudente en sus conversaciones por móvil, cambió sus horarios e incluso dejó de dormir en su domicilio. También quiso desprenderse de este solar en una urbanización de lujo de Marbella. Valorado en 4 millones 200 mil euros, él obtuvo un beneficio de 136 mil. Propiedad que compartía con otros socios y que obvió en su declaración de bienes como presidente de la Comunidad de Madrid.
-Redacción-