Con tan poco margen de tiempo, la Casa del Rey manejaba varios textos alternativos, a falta de perfilar la versión definitiva con el escrutinio de los votos en Cataluña. Y aunque no se ha cerrado un pacto de Govern, precisamente por eso, la idea es que el monarca apele a la ley, a la defensa del marco constitucional para desde la propia Carta Magna encauzar la situación. Como en otras ocasiones, un mensaje en positivo, como en el pasado Mobile Congress, "colaboración leal y generosa". Sin perder de referencia la concordia para superar la fractura social, pero manteniendo la firmeza en sus palabras en pos de la estabilidad, tanto territorial como económica, en la línea de su discurso tras el 1-O. "Estamos viviendo momentos muy graves". O de los premios Princesa de Asturias. "España tiene que hacer frente a un inaceptable intento de secesión". Y que el expresident Puigdemont ya le ha pedido que aproveche hoy para cambiarlo. "A ver si puede rectificar el mensaje del 3 de octubre". Mensaje medido como complicado para Felipe VI, que ya en sus tres nochebuenas anteriores ha abordado cuestiones peliagudas, como el caso Nóos, de su hermana y su cuñado: "Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción". O una situación similar, como en 2015, recién celebradas las elecciones generales, en la que llamó al entendimiento: "Conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo"
Y que, en relación a Cataluña, ya abordó el año pasado, cual vaticinio: "Tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada". Trabajar, en definitiva, en el proyecto común de España.