Ucrania ha vivido en las últimas horas la jornada más sangrienta desde su independencia de la Unión Soviética. Al menos 22 personas, entre ellos una decena de policías, han muerto en el brutal enfrentamiento de ayer en las calles de Kiev. El gobierno no quiere volver a la COnstitución vigente hasta 2004 que limitaba los poderes del presidente. Una negativa que ha provocado la ira de los opositores que han intentado durante el día asaltar, sin éxito, el Parlamento. Desde esta medianoche se les ha intentado desalojar de la plaza de la independencia, Euromaidán, el corazón de las protestas.El objetivo esta noche estaba claro: hacerles retroceder. Conseguir que los manifestantes abandonasen sus posiciones. Y aunque en parte lo han logrado, quemando incluso algunas de las tiendas instaladas en la plaza, no han acabado con su resistencia.Han seguido con su lucha lanzando piedras y cócteles molotov hacia los agentes y hacia las tanquetas desplegadas en la zona. Así ardía una de ellas. Fuego que también ha alcanzado a algún policía, que ha tenido que roedar por el suelo para evitar arderUn fuego cruzado de armas y sonidos porque a las constantes explosiones y disparos de lo que parece munición real se han unido las sirenas.Ambulancias que no han cesado de llegar a los hospitales. No terminaban de atender una cuando llegaba otra. Atención que también se prestaba en plena calle. Tanto a los heridos leves, como a los que se encontraban en estado muy graves. De nada ha servido la reunión de urgencia entre el presidente y el líder de la oposiciónNo ha habido acuerdo. No ha cedido ni el gobierno ni la resistencia. Aunque el fuego arrasaba su sede, su rabia no se ha quemado.