Ofrecía 40.000 euros y llegó a pagar 12.000 euros por varias pruebas médicas en una clínica de Alicante para encontrar al candidato perfecto para que le diera un trozo de higado a cambio de dinero. Pero su objetivo se truncó cuando en el Hospital Clínico de Barcelona detectaron que su elegido compatible no era ni siquiera familiar suyo. La red la completaban cuatro personas más que captaban a los candidatos en centros musulmanes por la zona de Levante. Una mujer argelina lo denunció a una ONG cuando quisieron convencerla y así empezó la alerta. Los cinco están en libertad con cargos y les han retirado el pasaporte.