Una joyera gallega limpiaba su local a última hora de la tarde cuando un hombre con gorro, peluca y guantes entró en la joyería armado con una pistola y se encaró con ella. Paquita, sin pensárselo dos veces, agarró la escoba con la que estaba limpiando y le amenazó mientras gritaba socorro. Cuando pudo zafarse de él y salir a la calle a pedir ayuda, el atracador salió corriendo y huyó sin el botín.