El coche fúnebre llegaba sepultado por una montaña de ropa. Nicolás Maduro, enfundado en su chándal con la bandera venezolana, dirigía la entrada del ataúd en la Academia Militar.El trasiego de gente ante su féretro semidescubierto ha sido imparable. Las cámaras, eso sí, no han enfocado en ningún momento su rostro. Hacer fotos está prohibido. Pero los medios venezolanos le describen vestido como en esta imagen, con su traje militar y una boina roja y dicen, con el rostro sereno.Ante el féretro han pasado sus hijos y también su madre y hermanos. El jefe de la guardia presidencial estuvo con él hasta el final. José Ornella asegura que estas fueron sus últimas palabras: "Yo no quiero morir. por favor, no me dejen morir"Dice que lo leyó en sus labios. Ya no le quedaban fuerzas para articular palabra.A estas horas las colas para pasar unos segundos ante su féretro superan los siete kilómetros. No se apaga el clamor que ayer le acompañó durante siete largas horas.La oposición dice que Nicolás Maduro no puede ser a la vez presidente y candidato a las elecciones. Pero lo cierto es que Maduro ya ejerce de 'presidente encargado'.Mañana, funerales de Estado. Queda saber si los restos del comandante-presidente descansarán o no junto a los de su idolatrado Simón Bolívar.