Cerca de 50.000 niños catalanes tienen severas privaciones alimentarias, fruto de la pobreza de sus familias. Elisabeth lleva a sus dos hijas a este colegio que abre sus puertas en verano. Madre: Porque aparte que es un desahogo para la madre, por lo menos están distraídos, sí la comida y todo. Un apuro económico, porque mi marido está parado y yo también, y tenemos que pagar alquiler y no llegamos. El empobrecimiento de las familias está provocando que muchos niños no coman ni una ración de carne o pescado al día. Por esto, el papel de los comedores pasa a ser clave, también en verano. Lucía Linvesa, Jefa de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Terrassa: Durante todos estos meses, todos estos niños tienen una situación de alimentación adecuada en función de su realidad social. La pobreza infantil afecta ya al 24% de los niños en Cataluña.