Hay que remontarse más de 35 años para recordar unas inundaciones tan devastadoras en el estado de Colorado.Todo comenzó el pasado miércoles 11 de septiembre. Las últimas lluvias del verano, que cayeron muy fuertes, inundaron las mayores ciudades del estado. Y derritieron la nieve acumulada en las montañas, lo que provocó la desolación en el condado de Boulder. Allí, el agua se ha llevado por delante carreteras, casas y granjas.El sheriff del condado, Joe Pelle, señala que todos los caminos y carreteras se han visto afectadas. En Loveland los bomberos rescataban a este hombre, cuya casa había quedado completamente inundada. También aquí Elisabeth Vazquez ha recorrido a pie 11 kilómetros para encontrar a su familia. Al menos dos decenas de personas fueron rescatadas en helicóptero y puestas a salvo.En Greeley, las granjas ubicadas en la rivera del río Platte han sido evacuadas. Y con sus pertenencias literlamente a cuestas los vecinos abandonaban sus viviendas.También en Greeley aterrizaba el helicóptero de emergencias del gobernador del Estado, John Hickenlooper, que ha mandado un mensaje de ánimo a todos los afectados.Las pérdidas materiales son incalculables y se cuentan por millones, aunque las autoridades no darán cifras oficiales hasta la próxima semana. Lo peor, las víctimas. En todo el Estado, al menos cuatro personas han muerto y más de doscientas están en paradero desconocido.