Con toda la comunidad educativa en contra, hoy se aprueba finalmente en el Congreso la polémica Ley  de Mejora de la Calidad Educativa, más conocida como Ley Wert. Una ley que le ha provocado al ministro de Educación más de un quebradero de cabeza y que sale adelante, solo, con el apoyo del PP. Ni el rechazo político, ni el rechazo social han conseguido frenar esta nueva normativa.Con su aprobación en el Congreso desde hoy la LOMCE se convierte en la séptima normativa de enseñanza de la democracia. Una ley contestada en la calle desde la presentación de su primer borrador en septiembre de 2012 que ha desembocado en dos huelgas generales y manifestaciones continuas y que entrará en vigor en el curso 2015-2016.Con el castellano como lengua vehicular en todo el Estado, desaparece el carácter "público" de la educación. Habrá reválidas al final de cada etapa educativa, se elimina Educación para Ciudadanía y se mantiene la financiación a centros que separen por sexos. Se unifican los Bachilleratos de Humanidades y Ciencias sociales, con asignaturas tecnológicas y artísticas en segundo plano. Música y Filosofía pasan a ser meras optativas. La Religión, otra de las grandes batallas, será de elección voluntaria y puntuable. Cada universidad tendrá su propia prueba de acceso.El ministro Wert no ha dejado de defender que es necesaria. Con la desestimación por parte del PP de las 11 enmiendas presentadas, la oposición se ha comprometido a tumbarla cuando el Partido Popular salga del gobierno.