Un viaje de la mano de Abraham Lincoln, acompañado de su esposa Michelle y del matrimonio Biden; pero sobre todo un viaje a Washington, donde a través de su investidura, el presidente electo Barack Obama materializará un renovado "espíritu americano", en el que miles de personas confían. Pero ya antes de la última parada, en Baltimore, Obama, en ningún momento ajeno al desafío que le espera, advirtió que las cosas no serán sencillas. "Somos conscientes de que estos grandes cambios y los que nos quedan por afrontar no se resolverán rápidamente. Habrá pasos en falso, habrá pasos atrás. Habrá decepciones y desacuerdos. Y cometeré errores", aseguró el presidente electo.