Una descoordinación entre la Justicia española y la francesa ha hecho que la etarra Maite Aranalde pasara poco más de 48 horas en la cárcel de Soto del Real. Un error que los radicales han convertido esta madrugada en una fiesta, con incidentes.Los familiares y amigos de la etarra querían darle un homenaje al llegar a su pueblo natal, Ibarra (Guipúzcoa), esta madrugada, pese a que la Audiencia Nacional lo había prohibido. La Ertzaintza lo ha impedido y los proetarras se han enfrentado a los agentes. Un tío de la terrorista ha sido detenido, pero ha quedado ya en libertad. La madre de Maite también se encaró duramente contra la Ertzaintza.