En su visita a Damasco ha tenido muchas oportunidades de promover su alianza de civilizaciones. Se ha puesto unas babuchas para proteger de impurezas la gran mezquita de los omeyas. Dentro, ha conversado con el imán al que ha pedido que sus plegarias traigan la paz a la zona. Se ha ganado el respeto de los que rezaban y ha intercedido para ayudar a una mujer siria con problemas. También ha visitado el zoco. Allí los sirios le han recibido con aplausos.