Quizá sólo sea la motivación, pero la pregunta se hace perversa y necesaria. ¿Acaso es mejor el Villarreal que el Puertollano? Ganó, porque Rossi es sinónimo de gol. Pero en el fútbol también vale el corazón y ese se abrazó a un Puertollano magnífico, capacitado para jugar al fútbol y fabricar buenas ocasiones. Al final, perdió , pero le queda el orgullo de que su sueño no era imposible. Acorán tiró al poste a última hora. Antes, Addison y Honorio también se aproximaron al gol. Pero a todos ellos les estafó la suerte, que cuenta, y mucho, en el fútbol. El primero que lo sabe es el Villarreal, que hoy no es ni sombra de lo que fue. Aún queda la autoridad de Rossi para contestar al pesimismo. Pero la noche de ayer fue casi una tortura, con futbolistas dilapidados. Ahí está, por ejemplo, Gonzalo. Su cintura parece una cabina de teléfonos y la gente se pregunta dónde está el jugador que fue. Valverde no se dejó enajenar en este escenario. En medio de la tormenta, dio la solución. Saltaron Pereira y Rossi y entre los dos editaron el gol de la victoria./ ALFREDO VARONA