En Pennsylvania se juzga a una mujer acusada de matar a una embarazada con el objetivo de robarle el bebé. El ataque ha hecho saltar la alarma en Estados Unidos, sobre todo después de que la Policía encontrara en una vivienda de Pitsburgh, el cadáver de la joven de 18 años, a la que le habían quitado el bebé del vientre. La agresora registró al recién nacido en el hospital de la ciudad de Pittsburg asegurando que era hijo suyo. No la creyeron y entonces dijo que lo había comprado por mil dólares a una amiga. Más tarde, la Policía encontró en su vivienda el cadáver de la embarazada. El trasfondo del macabro crimen aún no ha sido aclarado. Los investigadores creen que el asesinato tuvo lugar el miércoles o el jueves pasado. La mujer debía haber dado a luz aproximadamente el 30 de julio.