A media tarde un jet privado tenía que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Sevilla. Su destino era Toulouse pero al poco tiempo de despegar de la capital sevillana detectó un problema en el tren de aterrizaje. Cuando volvió a pista un pequeño choque del fuselaje con la pista provocó un vertido del combustible. El aeropuerto de Sevilla quedaba cerrado durante toda la tarde. Tres aviones que tenían que aterrizar fueron desviados al aeropuerto gaditano de Jerez de la Frontera y el resto de pasajeros sufrieron cancelaciones y retrasos.