Los vecinos de Carabanchel siguen pendientes del derribo de la emblemática cárcel, símbolo de la represión franquista. Llevaba años abandonada y las asociaciones de vecinos habían propuesto que se convirtiera en un Centro para la Paz y la Memoria. El gobierno de la comunidad quiere construir un hospital y viviendas. Los vecinos están en pie de guerra y dicen que, al menos, dejen la cúpula en pie como símbolo de los presos republicanos encarcelados durante la dictadura. De momento las obras están paralizadas.