Un 'after' situado en el centro de Barcelona sigue abierto pese a ser las 11 de la mañana. Su propietario podría pasar 4 años y un día en la cárcel por un delito de contaminación acústica. Además tendrá que pagar más de 20.000 euros por el ruido y por tener el local abierto de manera ilegal. Él niega que haya cometido delito alguno y asegura que recurrirá la sentencia.Una versión que contrasta con la de los vecinos. Aseguran que desde que abrió el local, hace 2 años, la situación ha sido insoportable, con ruidos y borrachos cada fin se semana.Esta es la segunda condena de cárcel impuesta por un delito de ruido en Barcelona. Al propietario de otro bar situado en el Raval le tocará sentarse en el banquillo a partir del próximo lunes. En esta ocasión la fiscalía pide 6 años de cárcel.