Querido Dios...
  • hace 5 años
Las oficinas postales de Jerusalén siguen recibiendo a diario miles de cartas de todo el mundo dirigidas a Dios. Los remitentes piden que sus misivas sean introducidas en el Muro de las Lamentaciones para así hacer llegar a Dios sus mensajes. Algo, que en la medida de lo posible, los empleados postales tratan de cumplir.  
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