Camilo Ibrahim Issa: Lo que no sabías Ruta de la Seda

  • hace 5 años
La Ruta de la Seda, más que una simple ruta comercial, fue un enlace que unió el mundo durante siglos, pluralizó las culturas e hizo entender a la humanidad que por medio del comercio se pueden lograr grandes avances.

La necesidad de establecer un mercado global que satisfaga las demandas de ciertos sectores hizo que los comerciantes se vieran en la necesidad de ofrecer un servicio que provea productos provenientes de tierras lejanas.

El comercio de las especias, esas que hoy abundan en toda cocina, fue una de las actividades más prósperas de la famosa ruta, incluso por encima de la misma seda, tela que era muy codiciada por los europeos, pero ante el aroma y la versatilidad que ofrecían esos polvillos que cambiaban el sabor la comida simplona, no había competencia.

La pimienta, la canela y la nuez moscada se volvieron producto muy demandados en toda Europa y ciudades como Venecia se hicieron muy prosperas gracias al comercio.

Para ese momento todos los canales por los pasaba el comercio de la ruta eran celosamente cuidados por sus ejecutores, la razón era bastante simple: compraban barato y vendían muy caro: el precio de la nuez moscada, por ejemplo, era comprado en Calcuta y vendido en Londrés con sobreprecio hasta del 1000%

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