Brillo y arte óptico de la mano de Ágata Ruiz de la Prada en la MBFW

  • hace 5 años
Madrid, 25 ene (EFE).- La colección de Agatha Ruiz de la Prada para el próximo otoño-invierno es sexi y brillante. Como es habitual, el punto de partida es el "agathismo", es decir, los míticos iconos de la firma, pero en esta ocasión han revisionado los más antiguos, como el huevo frito, mucha estrella y también espumillón navideño.
 
Esta nueva propuesta se antoja más divertida y arrolladora con una importante presencia de la hija de Agatha Ruiz de la Prada, Cósima que ha entrado en la empresa como "un torbellino, un vendaval de aire fresco", ha contado hoy a EFE el jefe de taller, Javier Carrera.
 
En una potente colección con 54 salidas, el colorido y el surrealismo, sellos indiscutibles de la casa, aparecen en prendas deportivas y propuestas nocturnas superbrillantes, dotadas con purpurina y lúrex.
 
Original ha resultado el vestido flor, un clavel español, elaborado con seda natural, en un taller de hilanderas de la isla de La Palma que aún hoy trabajan como se hacía en el siglo XVII.
 
Versátil, así se podría calificar esta propuesta que contiene trajes de chaquetas, chándales, sudaderas o cazadoras con notas de cómic, junto a conjuntos confeccionados con flores de plásticos, una nota "kitsch", que cede el paso a el vestido bandeja, la falda caramelo o el paraguas "taca-taca", siluetas que reafirman que la cabeza de Agatha Ruiz de la Prada es tan surrealista como brillante.
 
Antes, fascinado por la luz de Egipto, Roberto Verino ha ideado una colección para la próxima primavera-verano en la que recrea en sus estampados "ocas míticas de esta cultura" y elementos geométricos dibujados en cerámicas, además del ojo de Horus, detalle recurrente también en los zapatos.
 
El lino es la materia prima principal en vestidos y pantalones que se mezclan en una paleta de colores planos como el amarillo, el azul y los camel en saharianas y abrigos, con la intención de "poner en valor referencias que nos siguen sorprendido después de más de 4.000 años", explica Verino.
 
"El lujo está en los pequeños detalles", añade el diseñador que pretende que con esta propuesta hombre y mujer se intercambien prendas como los "shorts" o los pantalones cargo.
 
En el trabajo de Hannibal Laguna se ha visto una colección de estilizados vestidos que recoge la cultura y los colores de los cinco continentes, pero sobre todo habla de costura, con hermosos volúmenes del "new look" de Dior en faldas, los patrones de Balenciaga sobre una chaqueta capa.
 
Si Ana Locking ha llevado a la pasarela una estética futuristas, pero con una mirada al pasado, ensanchando las mangas y rasgándolas al estilo de la época de Felipe II, The 2nd Skin Co. ha preferido poner el foco en las alfombras rojas su referente para diseñar una colección dirigida a las celebrities.
 
Oteyza, encargado de abrir esta mañana la segunda jornada de la pasarela madrileña, ha vuelto a sumergirse en la cultura y el regionalismo español para plasmar la fuerza y la masculinidad en prendas que resp

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