Los Sauces - Peñón de Ronda - Cañada de las Ánimas
- hace 6 años
Algunas veces, desde el mismo principio, tienes el instinto de que la ruta va a ser dura sin saber por qué a priori. Nada más salir del área recreativa de Los Sauces, vemos que, debido a las lluvias de los últimos días, el barro cubre gran parte del camino y toda la hierba está empapada de agua. No hay problema, llevamos botas, pero andar con tanto barro pegado a la suela se hace difícil cuesta arriba. Llegamos a una propiedad privada, el cortijo del Palancar, poco después del waypoint "Derecha". Allí tres perros salen corriendo y ladrando hacia nosotros pero el pastor les grita y se vuelven. Dice que alguna vez han mordido a alguien si no se les asusta. La propiedad es privada por lo que es aconsejable pasar sin perros y no en grandes grupos de personas. No es una ruta muy transitada, nos dice.
Tras pasar y cerrar una "angarilla" (esta palabra es típica del medio rural del sur de España y no está en el diccionario) que nos dice el pastor, llegamos al cortijo del Peñón de Ronda, no muy lejos del cual está el Pilar de la Breña a tope de agua, por lo que no necesitamos llevar mucha a nuestras espaldas. Más adelante nos encontraremos otra fuente, el Pilar de los Corralones, también con abundante agua. Llegamos a un par de idílicas lagunas donde comemos y después pasamos y cerramos otra "angarilla". Aquí, debido a problemas del GPS, nos desviamos bajando demasiado hasta la cañada, y tuvimos que remontar montaña arriba hasta donde empiezan los pinsapares, una subida bastante dura y que nos desgastó mucho. Nada más entrar en los pinsapares, hay que tener cuidado porque este sendero, muy poco frecuentado, no está tan bien cuidado como otros, y aunque hay hitos de piedras, es fácil perderse.
Tras llegar a la Cueva Oscura y llegar a la Cañada de las Ánimas, dimos media vuelta. Aconsejo seguir solo el sendero de vuelta para hacer la ida y la vuelta de esta ruta para así evitar la fuerte subida que tuvimos que hacer hasta el pinsapar.
En cuanto a vida salvaje, solo vimos dos o tres jabalíes adultos con tres o cuatro crías.
Salimos a las 10:45 y llegamos de vuelta a las 19:35 con dos paradas generosas para comer y otras tantas para echar fotos, vídeos, etc.
Tras pasar y cerrar una "angarilla" (esta palabra es típica del medio rural del sur de España y no está en el diccionario) que nos dice el pastor, llegamos al cortijo del Peñón de Ronda, no muy lejos del cual está el Pilar de la Breña a tope de agua, por lo que no necesitamos llevar mucha a nuestras espaldas. Más adelante nos encontraremos otra fuente, el Pilar de los Corralones, también con abundante agua. Llegamos a un par de idílicas lagunas donde comemos y después pasamos y cerramos otra "angarilla". Aquí, debido a problemas del GPS, nos desviamos bajando demasiado hasta la cañada, y tuvimos que remontar montaña arriba hasta donde empiezan los pinsapares, una subida bastante dura y que nos desgastó mucho. Nada más entrar en los pinsapares, hay que tener cuidado porque este sendero, muy poco frecuentado, no está tan bien cuidado como otros, y aunque hay hitos de piedras, es fácil perderse.
Tras llegar a la Cueva Oscura y llegar a la Cañada de las Ánimas, dimos media vuelta. Aconsejo seguir solo el sendero de vuelta para hacer la ida y la vuelta de esta ruta para así evitar la fuerte subida que tuvimos que hacer hasta el pinsapar.
En cuanto a vida salvaje, solo vimos dos o tres jabalíes adultos con tres o cuatro crías.
Salimos a las 10:45 y llegamos de vuelta a las 19:35 con dos paradas generosas para comer y otras tantas para echar fotos, vídeos, etc.