El pequeño municipio de San Rafael del Río, de no más de 500 habitantes, se ha encontrado estos días con un protagonismo tan inesperado como sobre todo indeseado por sus vecinos. La razón, su ubicación, al norte de Castellón y justo lindando con Tarragona. Un puente de piedra de 100 metros que cruza el río Senia separa San Rafael del Río de El Castell , ya en Cataluña. De haber independencia, el viaducto se convertiría en la frontera entre dos países. Los vecinos y amigos de ambos municipios serían de pronto forasteros.

“Está claro que son cosas diferentes, una cosa es Valencia y otra Cataluña”, nos dice Natziel, un joven de San Rafael. “Pero para nosotros es el mismo pueblo, son solo 100 metros lo que nos separan. Para nosotros no es una frontera, es el mismo sitio”.

Inevitablemente, y como en el resto del país, en los bares de estos dos pueblos también se habla del tema nacional por excelencia, aunque en su caso lo hacen con más amargura y conocimiento de causa que en otros puntos del mapa.

“Yo tengo familiares, un hermano y un sobrino, que son independentistas”, nos dice Héctor. Y también amigos. Y cuando comemos juntos no podemos hablar del tema, porque discutimos. Y esto viene pasando desde hace ya dos o tres años.

San Rafael del Río comparte con Cataluña carreteras, regadíos, suministro eléctrico y hasta prefijo telefónico, por lo que la hipotética independencia sería para ellos, más que un problema, un auténtico rompecabezas.