Azucar y riesgo cardiovascular: Proyecto 226

  • hace 7 años
El último número de 'JAMA', la revista de la Asociación Médica Estadounidense, incluye un artículo-bomba para la industria de la alimentación global. Según desvela el texto escrito por un grupo de profesores de San Francisco a partir del hallazgo de unos documentos internos de la industria alimentaria de los años sesenta, la Sugar Research Foundation (SRF, actual Sugar Association) pagó a tres nutricionistas de Harvard alrededor de 50.000 dólares de hoy para publicar una investigación que dejase en buen lugar al azúcar y señalase a las grasas saturadas como la principal causa de las enfermedades cardíacas. Si tan importante resultó dicha investigación es porque, publicada en el 'New England Journal of Medicine', resultó muy influyente en las recomendaciones nutricionales de las décadas siguientes. “La SRF esponsorizó su primer proyecto de investigación sobre enfermedades cardiacas en 1965, en una revisión de estudios que destacaba a la grasa y al colesterol como las causas nutricionales de estas dolencias y relativizaba la evidencia de que el consumo de azúcar era también un factor de riesgo”, señala la investigación. A diferencia de lo que ocurre hoy en día, en que todas las investigaciones deben mostrar su financiación y explicitar los conflictos de intereses, el estudio no reconocía el papel de la SRF.
En 1954, el presidente de la SRF afirmó que promocionar las dietas bajas en grasas podía aumentar en un tercio el consumo de azúcar. Un editorial publicado junto a la investigación por la célebre nutricionista y experta en 'marketing' alimentario Marion Nestle recuerda que aunque hay muchas pruebas que demuestran que las industrias tabaqueras, químicas y farmacéuticas “deliberadamente influyen en el diseño, resultado e interpretación de los estudios por los que pagan, se sabe mucho menos de la influencia de la esponsorización de las compañías alimentarias en los estudios de nutrición”. Para entender mejor la importancia del estudio, publicado en 1967 y llamado 'Dietary Fats, carbohydrates and atherosclerotic vascular disease', hay que remontarse a los años cincuenta, cuando las muertes por enfermedades del corazón se dispararon en EEUU. Los preocupantes datos alentaron una larga serie de investigaciones sobre el problema alimenticio que se agazapaba bajo esos decesos, pero la industria del azúcar ya había hecho sus cálculos. Como explica el artículo de 'JAMA', el presidente de la SRF, Harry Hass, animó en un discurso de 1954 a que los americanos de mediana edad adoptasen dietas bajas en grasas pero altas en azúcares. Un cambio “que puede significar un crecimiento en el consumo per cápita del azúcar en más de un tercio, con una tremenda mejora en la salud general”.

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